3 x 4 sobre la encíclica Laudato Si’

Número 43 – Por La Redacción 09/2015

 

La repercusión que la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, Laudato Si’, ha tenido en nuestro país nos ha impresionado, hablando en un buen sentido. Muchas y diversas han sido las actividades que ya se han realizado o se están por realizar en torno a esta encíclica y muchos comentarios positivos parecen llegar de creyentes y no creyentes.
Esta repercusión nos motivó a preguntarle a algunas personas, de distintos ámbitos pero todas ellas vinculadas al mundo ambiental, acerca de sus impresiones sobre la Laudato Si’ y los desafíos que esta plantea. Cuatro personas respondieron a las mismas tres preguntas: el sacerdote Jerónimo Bórmida, Néstor Mazzeo del mundo universitario, Isabel Artagaveytia cristiana y del ámbito público y el periodista Gonzalo Sobral. Las preguntas que les hicimos fueron las siguientes:
1) ¿Cuál es el aporte que te parece que la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ hace a nuestra sociedad actual?
2) ¿Qué desafíos sugiere o implica su planteo?
3) ¿Cuáles son las temáticas o aspectos más urgentes para una agenda ambiental en Uruguay?
A continuación, la voz de los entrevistados.
Pbro. Jerónimo Bórmida

Sacerdote capuchino.
 ¿Cuál es el aporte que te parece que la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ hace a nuestra sociedad actual?
La que se da en llamar “doctrina social” de la iglesia aparece a fines del siglo XIX con León XIII en su Rerum novarum, que encara la situación de los obreros, ya instalada la llamada “revolución industrial”. Los destinatarios de la Encíclica son los obispos a quienes alerta sobre la situación de los obreros, así como ya lo había hecho con sendas cartas sobre el poder político, sobre la libertad humana, sobre la cristiana constitución de los Estados y otros asuntos que consideró oportunos. Es paradigmática la Pacem in terris de Juan XXIII al tener como destinatarios a todos los hombres de buena voluntad y no solo a los dignatarios del clero. La encíclica de Francisco da otro giro: está dirigida a todos los habitantes del planeta tierra.
Cuando hablamos de la doctrina social de la iglesia generalmente pensamos en el magisterio de los Papas (pontificia), en todo caso en el magisterio de los obispos y conferencias episcopales o sínodos (jerárquica). Con menos frecuencia se alude al magisterio de los Padres y doctores de la Iglesia, menos aún al magisterio de santos y místicos y bien Francisco hace uso abundante del magisterio de obispos y Conferencias, adolece de un mayor recurso a los Padres, por más que el documento esté abierto al sentido de fe de los fieles, tanto de católicos como de otros cristianos. No desconoce el aporte de otras religiones e incluso el de los no creyentes.
La Encíclica se abre con una estrofa del cántico de las creaturas de Francisco de Asís, que le da el nombre al documento.
«Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba».
 
Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gen 2,7). Adam, es literalmente, hecho de Adamah, tierra. Puede traducirse como “el rojo”, del color de la tierra arcillosa con la que fue amasado por el mismo Dios. Los relatos de la creación del Génesis no son tanto crónicas de lo que pasó sino recuerdos del futuro. Revelan el proyecto de Dios: un Hombre sin propiedades, sin amos, sólo hermanos, desnudo: todos iguales, sin clases sociales.
Francisco parte de la convicción de que en el cosmos todo está conectado, y que existe, por añadidura, una íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta. Cada criatura tiene un valor propio, no podemos ya tolerar la cultura del descarte y es imperiosa la propuesta de un nuevo estilo de vida, en el que tiendan a desaparecer la exclusión social, la inequidad, las nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico, la pérdida de identidad…
¿Qué desafíos sugiere o implica su planteo?
La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería, la cultura del descarte afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura: se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen y en las discusiones sobre el ambiente hay que escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres. Hay una verdadera « deuda ecológica », particularmente entre el Norte y el Sur: todo planteo ecológico debe tener en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados.
El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social y el «primer principio de todo el ordenamiento ético-social. Francisco cita una de las frases más fuertes de Juan Pablo II: Sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca social.
La ecología humana es inseparable de la noción de bien común, tiene que reconocer que cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos, tiene que convertirse en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres.
No se puede imponer a los países de menores recursos pesados compromisos comparables a los de los países más industrializados, porque los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes, aunque deben analizar el nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y controlar mejor la corrupción.
La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad.
¿Cuáles son las temáticas o aspectos más urgentes para una agenda ambiental en Uruguay?
 
La tierra oriental, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. Vivimos sumergidos en la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura.
Por ejemplo, la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla. El sistema industrial, al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos.
Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar.
Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero.
Quizá podrían implementarse acciones ciudadanas en las que todos limpiemos una plaza, desvandalicemos lugares públicos, mantengamos las paradas de los ómnibus… si no se arregla mucho la galaxia, de repente vivimos todos en una ciudad más amigable.
Dr. Néstor Mazzeo

Departamento de Ecología y Evolución. CURE/Facultad de Ciencias. Maldonado.
¿Cuál es el aporte que te parece que la encíclica del Papa Francisco Laudato Si hace a nuestra sociedad actual?
El aporte del Papa Francisco es, sin lugar a dudas, múltiple y muy diverso. Un conjunto de aspectos resulta destacable y relevante.
A.- El documento incluye una aproximación integral y sistémica. En este sentido se destaca la afirmación: “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola crisis socio-ambiental”. Definitivamente, se propone re-definir los límites del problema a analizar, integrando todas las dimensiones y componentes relevantes.
B.- Profundizando el punto anterior, la encíclica enfoca su análisis en los subsistemas claves que gobiernan la dinámica del sistema socio-ambiental. En esta línea de pensamiento se cuestiona el paradigma del crecimiento infinito de la economía, se plantea la necesidad de re-definir el progreso y el desarrollo, promoviendo cambios culturales y del sistema de valores, fundamentales para el control del consumo y la explotación no sostenible de bienes y servicios ambientales.
C.- Vinculado al punto anterior, se incorpora el concepto de los límites planetarios y la necesidad de ajustar  la dinámica de los ecosistemas naturales con las escalas de análisis y gestión de los subsistemas económico y político.
D.- La propuesta propone un cambio de paradigma en la gestión de los bienes y servicios de los sistemas naturales claves para el bienestar humano. A través de la afirmación “dar a los investigadores un lugar preponderante y facilitar su interacción con amplia libertad académica”, se promueve la adopción del manejo adaptativo, donde la academia tiene un lugar como proveedor de información, asesora en los procesos de toma de decisión y evalúa los resultados de las medidas y políticas adoptadas. Adicionalmente, el documento realiza importantes aportes a efectos de promover el aprendizaje social y destaca el papel de otros saberes extra-académicos, los cuales necesariamente deben ser incorporados en el análisis y la gestión.
E.- Los aspectos antes señalados son pilares centrales del marco teórico emergente de los sistemas socio-ecológicos y los principios fundamentales para promover la capacidad de adaptación y resiliencia.
¿Qué desafíos sugiere o implica su planteo?
La Encíclica procura atacar dos dificultades centrales en el análisis y gestión de las problemáticas ambientales: la fragmentación y el manejo de la incertidumbre. El enfoque sistémico y la adopción de esquemas adaptativos son las claves, sin lugar a dudas. En el documento, además, se profundiza en el manejo de la incertidumbre a través de la crítica de los instrumentos de gestión actuales y la necesidad de incorporar de forma real la previsión y la precaución, así como superar las disfunciones y distorsiones del modelo económico. El principal desafío es, precisamente, incorporar (lo antes posible) el enfoque propuesto, coincidiendo absolutamente con los planteos más recientes del ámbito científico y de amplios sectores de la sociedad civil organizadas
¿Cuáles son las temáticas o aspectos más urgentes para una agenda ambiental en Uruguay?
El Uruguay es un país cuyo desarrollo socio-económico es absolutamente dependiente de la explotación de bienes y servicios provistos por los sistemas naturales. La sostenibilidad social y económica del país depende del uso y conservación de servicios ecosistémicos claves. Los desafíos planteados por la Encíclica son los grandes desafíos del Uruguay contemporáneo.
Es imposible pensar en un proceso de intensificación productiva con nuestros sistemas actuales de análisis y gestión de servicios ecosistémicos. El Uruguay debe superar los análisis unisectoriales y avanzar en la planificación multisectorial, con una discusión profunda del modelo de desarrollo que pretendemos recorrer.  Todos estos aspectos son abordados en profundidad en la Encíclica.
Isabel Artagabeytia

Química. 26 años. Trabaja en la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA).
¿Cuál es el aporte que te parece que la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ hace a nuestra sociedad actual?
El aporte que más destaco es el encare integral de los problemas de la humanidad. Francisco nos afirma que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental” y que “la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas”. La causa de la depredación de la naturaleza es la misma que origina las injusticias sociales, es “la violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado” y la falta de “una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo contengan en una lúcida abnegación”.
Otro aporte fundamental es la crítica que realiza al paradigma tecnocrático. Éste se basa en la suposición de que todo progreso científico y tecnológico lleva a un progreso económico y éste al bienestar social, “como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico”. Sin negar los beneficios que nos brindan los avances de la ciencia y la tecnología, Francisco nos advierte del poder que éstos le “dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlos” sobre el resto de la humanidad y “nada garantiza que vaya(n) a utilizarlo bien”.
La lógica de este paradigma “condiciona la vida de todas las personas y el funcionamiento de la sociedad”, condiciona la forma con la que los hombres y mujeres se relacionan con las cosas, la naturaleza y los demás. Subyace el concepto de sujeto que posee, domina y transforma a su voluntad el objeto que tiene enfrente, ignorando su realidad. Como humanidad pasamos de vivir en y con la naturaleza, recibiendo los frutos que nos ofrece, a poseerla, a considerarla un mero recurso a explotar y extraer a nuestra voluntad.
El último aporte que quiero destacar va dirigido especialmente a los cristianos, ya que muchas veces se trasmite de que Dios nos creó para dominar el mundo, situando al resto de los animales y seres vivos como objetos sin valor propio, como meros recursos que Dios nos dio. Francisco nos habla de “una presentación inadecuada de la antropología cristiana” que respalda “una concepción equivocada sobre la relación del ser humano con el mundo”. En cambio nos da una nueva interpretación, no de dominador sino de “administrador responsable”.
 ¿Qué desafíos sugiere o implica su planteo?
Su planteo implica el compromiso político a nivel internacional para que cada país deje de privilegiar “sus intereses nacionales sobre el bien común global” para que se puedan llevar a cabo acciones a nivel internacional que tengan verdaderos resultados.
También el compromiso de los gobiernos nacional para la búsqueda de soluciones locales, que deben mirar más allá de su período de gobierno, entregándose de forma generosa para el cuidado del bien común aunque sus medidas no sean las más populares.
Por otra parte, citando a Benedicto XVI que nos dice “los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores”, nos remarca la importancia de una conversión interior. Pero, reconociendo que existen cristianos muy comprometidos que encuentran insignificantes los problemas ambientales y otros más pasivos que entendiendo su importancia no logran modificar sus hábitos, Francisco va más allá y nos llama a una conversión ecológica, nos invita a la reconciliación con la creación.
Esta conversión “tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir”, implica una concepción diferente de la creación que se debe traducir a la búsqueda de otro estilo de vida que recupere “los distintos niveles de equilibrio ecológico: el interior con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con todos los seres vivos, el espiritual con Dios”. Francisco nos invita a no despreciar las pequeñas acciones que tenemos a nuestro alcance.
“Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de la existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana”
¿Cuáles son las temáticas o aspectos más urgentes para una agenda ambiental en Uruguay?
 
Considero que el aspecto más importante y urgente que debe revisar Uruguay es el sistema agropecuario, que actualmente hoy se alinea con el paradigma tecnocrático del que habla Francisco. Suelen existir inversiones que responden solamente a las demandas del mercado como, por ejemplo, las plantaciones de soja que han crecido enormemente en los últimos años. Se trata de extensas áreas de monocultivos, donde los medianos y pequeños productores no tienen lugar. Estas plantaciones siguen la lógica del paradigma buscando el máximo rendimiento a toda costa y por más que existen algunas reglamentaciones, la dificultad de los controles y la falta de ética de algunas agro-empresas impiden su cumplimiento. Es sabido que se tala monte nativo, del poco que queda ya, para aumentar el área de plantaciones, con todo lo que implica en cuanto a la pérdida de diversidad; que no se respetan las distancias que los cultivos deben tener de los cursos de agua, de zonas pobladas o de escuelas por lo que las fumigaciones de agroquímicos llegan a estas zonas, contaminando el agua, el aire y los suelos, existen denuncias de personas intoxicadas “indirectamente” e incluso de maestras que han sido rociadas.
No puedo dejar de mencionar el problema del agua, que ha tenido mucha prensa actualmente. Sin embargo, se ha concluido que los principales contaminantes son los nutrientes que provienen mayoritariamente del sector agropecuario, de plantaciones, tambos, ganadería intensiva, por lo que considero que la solución también está relacionada a un cambio de paradigma en los modelos agropecuarios.
Gonzalo Sobral

Periodista.
¿Cuál es el aporte que te parece que la encíclica del Papa Francisco Laudato Si’ hace a nuestra sociedad actual?
Por un lado la calificación del ambiente como la casa común, un concepto simple y potente a la vez. Por otro la definición del daño a la naturaleza como una señal de crisis ética, cultural y espiritual de los tiempos que corre.
¿Qué desafíos sugiere o implica su planteo?
El desafío de lograr un modelo de desarrollo sostenible y ambiental, que desde lo local no pierda en vista lo global y que permita una buena calidad de vida a las futuras generaciones.
¿Cuáles son las temáticas o aspectos más urgentes para una agenda ambiental en Uruguay?
La agenda es variada a pesar del escaso territorio del país y de la inexistencia de eventos extremos recurrentes. Pasa por una definición de posible matriz productiva vinculada al extractivismo (hierro y petróleo, por ejemplo), por la mitigación de los impactos climáticos que se aprecian en las zonas costeras, por el estudio en profundidad de los eventos recurrentes de sequías e inundaciones, llegando hasta la definición institucional de la actual Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), si queda como está o se reconvierte en una Agencia Ambiental.