Colombia: hacia un balance de las elecciones regionales

El pasado 25 de octubre se realizaron  elecciones de alcaldes y consejos municipales de 1.125 municipios,  gobernadores y asambleas departamentales de 32 departamentos y de miembros de las Juntas Administradoras locales de miles de barrios y comunas de las ciudades de Colombia.

Elecciones y proceso de paz.

Miremos los resultados electorales en función de la paz en primer lugar, pues serán los dignatarios electos quienes deban contribuir desde el estado local, territorial y regional, a poner en marcha los muy previsibles acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, e incluso posiblemente con la integración – aunque con elementos propios – de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Así comenzaría, en 2016, la fase “de transición” del gran acuerdo de paz a partir de la firma del acuerdo final.

Desde el punto de vista del apoyo al proceso de paz los resultados mostraron un relativo retroceso de las fuerzas opuestas a este. Si miramos los resultados estrictamente a nivel departamental el resultado de los partidos[1] fue el siguiente: el partido del ex-presidente Uribe, de ultraderecha[2], fue derrotado en la propia tierra de su jefe tanto a nivel departamental (Antioquia), como en la ciudad de Medellín, la segunda en importancia del país; y de las 32 gobernaciones  sólo obtuvo1. Por su parte, el partido Conservador mantuvo 2 gobernaciones. El partido de Vargas Lleras[3], “Cambio Radical”, el que tiene más congresistas condenados por estar vinculados a las mafias narco paramilitares[4] (cinco senadores y nueve representantes, una escandalosa estadística), resultó fortalecido al pasar de 5 a 7 gobernaciones. Le favoreció el que Vargas coloca el presupuesto Nacional, sobre el que tiene gran poder, al servicio de sus aspiraciones presidenciales, lo cual molesta ya a otros partidos. Y respecto de su interés en la paz, para algunos, Vargas se “va a quedar con el voto uribista sin hacer un acuerdo con Uribe porque él encarna la resistencia que hay frente al proceso de paz”.

Por su parte entre los partidos de la “Unidad Nacional” que mayoritariamente respaldan al presidente Santos, estos obtuvieron al menos la mitad más una de las  gobernaciones (17): El Partido liberal 10 y el “Partido de la U”, que pasó de 5 a 7. Pero la suma del apoyo explícito al proceso de paz puede llegar a 24 gobernaciones (el 75% de ellas)[5]: La Alianza verde, un joven partido, con muchos matices a su interior y caracterizado como “de centro-izquierda”, creció y alcanzó 3 gobernaciones, dos de ellas en departamentos fronterizos con el Ecuador (Putumayo y Nariño) en los cuáles habrá un particular acento en cuanto a la aplicación de los esperados acuerdos de paz. La Alianza Social Independiente, ASI, que al parecer se disolverá como partido y se unirá a la Alianza Verde también obtuvo 3 gobernaciones. Por su parte las autoridades indígenas de Colombia (AICO) ganaron una gobernación y un gobernador llegó por “Firmas” (ver más abajo). Estos resultados le dan un mayor margen de maniobra al Presidente y comienzan a tener sus efectos en las votaciones del Congreso apoyando los desarrollos legislativos necesarios para la puesta en marcha del proceso de paz.

Menos violencia, avances y problemas sobre corrupción y fraude electoral

De otro lado es de resaltar que estas elecciones han sido las menos sangrientas y posiblemente las menos corruptas en la historia de Colombia. La tregua unilateral decretada por las Farc hace ya 5 meses y esfuerzos gubernamentales por controlar fenómenos extendidos de fraude electoral, trashumancia de votantes, compra de votos etc., contribuyeron a ello. Entre otros casos de corrupción evitados y “aleccionadores” se dio la detención de un ex congresista que se desplazaba previamente a las elecciones con $500 millones[6] destinados a la compra de electores, jurados y testigos electorales. Con el fin de favorecer a su esposa, candidata a la Gobernación de Sucre, departamento de la Costa Atlántica con fuerte influencia narco-paramilitar y quien fue finalmente vencida por el candidato apoyado por las víctimas de los paramilitares. En otros lugares dos registradores del estado civil han sido detenidos, y otros funcionarios públicos vinculados a hechos de fraude. Drásticas medidas contra la trashumancia golpearon a quienes transportaban en buses centenas o miles de electores de un municipio a otro para votar por candidatos que muchas veces ni conocían. Pero estas medidas en muchos casos obligaron a votar donde ya no vivían a no pocos que simplemente habían cambiado de domicilio[7] y de hecho impidieron el voto de los que no podían pagarse el transporte ni el tiempo para ir y volver a la ciudad donde se habían inscrito para elecciones pasadas. Así mismo fue claro que los formularios para la recolección de votos[8] facilitaban la pérdida de los votos de partidos tan importantes simbólicamente como la Unión Patriótica[9], que entabló acción legal “de tutela” para que se haga un reconteo de los mismos. Estos problemas y otros afectaron por lo demás a las fuerzas políticas más proclives al proceso de paz y en las zonas más castigadas por el conflicto armado, lo cual exige serios ajustes hacia el futuro inmediato. Un dirigente de la Marcha Patriótica muestra que “La anulación de muchas cédulas nos afectó mucho a las comunidades” y cita el caso de 1.966 cédulas anuladas por trashumancia en la Macarena, 1.455 en Puerto Concordia, Meta, y más de 10 mil en Putumayo.”[10]

Estos problemas “técnicos”, están acompañados por otro más serio, el de los “ríos de dinero” ligados a la mafia y destinados al financiamiento de campañas bajo la condición de favores futuros, a cargo del erario público. Se confirma entonces la pertinencia y urgencia de una Reforma al régimen electoral, punto parcialmente incluido en el acuerdo que sobre participación política establecieron el gobierno y las FARC en el marco del proceso de paz: “Urge una reforma política que garantice un control real a la financiación de las campañas y que garantice que la gente se pueda cedular”.

Creciente peso del voto independiente.

De otra parte si miramos los resultados electorales en su globalidad, teniendo en cuenta los relativos a alcaldías, llama la atención el peso del voto de opinión, o voto independiente. De hecho muchos candidatos se presentaron bajo la modalidad de “firmas”, esto es no avalados por ningún partido sino por la firma de al menos 50.000 ciudadanos en el caso de las grandes ciudades y 100.000 para los departamentos. Y aunque en muchos caso también a ellos adhirieron algunos partidos, al decir de un analista “la ciudadanía fue más grande que los partidos”. Este hecho parece ser la expresión política de una crítica creciente a unos partidos marcados por un alto nivel de corrupción, la mayor causa histórica de los males del país. Candidatos por firmas ganaron 13 alcaldías y entre ellas algunas bien importantes como las de Medellín, Bucaramanga[11], Santa Marta y Cali, ciudad ésta en la que el vencedor declaró: “Mi elección lo que demostró es una debilidad de los partidos políticos, es relativamente fácil derrotarlos, no porque yo sea bueno, sino porque la gente está aburrida de los políticos. No sé si eso pasa solo en Cali o en toda Colombia. Lo que uno ve es que una persona sin ninguna experiencia política gana unas elecciones de esta manera, aquí cualquier persona puede hacer política”. “El mensaje de los resultados electorales en las grandes ciudades es alentador para la refrendación de los eventuales acuerdos de paz pues hay una masa crítica de ciudadanos modernos, que votaron libremente por candidatos que derrotaron a las grandes maquinarias (políticas) locales (aunque tenían ellos mismos el impulso de último momento de estructuras políticas).

Elementos para una reflexión desde la izquierda

Para la izquierda las elecciones están significando un proceso de reflexión[12] y llamado al reagrupamiento.[13] Reflexión acerca de los vicios caudillistas, los egos enfrentados, el trabajar para sí y no para unos objetivos comunes[14]. La corrupción de algunos de sus dirigentes, y la no poca fragmentación interna la llevaron a perder la alcaldía de Bogotá, el segundo cargo en importancia del país y luego de 12 años de interesantes logros sociales, que no lograron ser capitalizados políticamente por la implacable y sucia guerra que los grandes medios de comunicación desataron contra ella.En la capital del país donde vive al menos una quinta parte de los colombianos, obtuvo 498.000 votos, el 18 por ciento del total[15]. En el Concejo de Bogotá la izquierda en su conjunto sacó 13 escaños de 45, si se suman cinco del Polo Democrático Alternativo, -que también tiene precandidatos presidenciales en la figuras de Jorge Robledo, Clara López e Iván Cepeda-; los de la Alianza Verde, de los “Progresistas” de Petro, y uno de la Alianza Social Indígena. A esta derrota se suma la que recibió en Cali Angelino Garzón, quien fue uno de los líderes más importantes de la izquierda hace algunos años. En otras ciudades como Ibagué y Santa Marta ganaron candidatos independientes que sin embargo pueden considerarse de izquierda.

Los resultados en vistas a las elecciones presidenciales del 2018.

Finalmente también consideramos las elecciones en vistas al proceso electoral que para Presidente se tendrá en el 2018 pues “en Colombia vivimos de elección en elección”. Otro posible presidenciable y/o candidato presidencial, el ex alcalde y ex gobernador Sergio Fajardo. Reconocido y respetado a nivel nacional por su pulcritud en el manejo de la “cosa pública” y sus criterios modernos de gobierno[16], se encuentra ahora ante 3 preguntas. Por un lado, resolver una división entre sus seguidores, que apoyaron dos candidatos a la alcaldía de Medellín, cosa que influyó en la derrota de su candidato a la gobernación. Por otro, la necesidad de contar con y competir en una estructura organizativa de alcance nacional que avale su candidatura.[17] Y por fin, responder al reclamo de encabezar un proceso de ampliación democrática-del círculo de quienes se rodea, capaz de integrar fuerzas populares y culturales que ahora se preguntan si su eventual futura candidatura no caerá bajo las garras de Uribe. Porque el futuro alcalde de Medellín, apoyado por el Fajardismo, compartirá con el ex presidente una tercera parte  del poder de la ciudad. En suma, los resultados electorales confirman cómo en medio de las brumas políticas colombianas se abren cada vez más nuevos rayos de esperanza. Dios cambia las cosas poco a poco.

 

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[1] El candidato se identifica con el partido que le dio el aval para presentarse a su nombre; sin embargo otros partidos y/o  fracciones de partido pueden adherir a él.

[2] Denominado “Centro Democrático”

[3] “Cambio Radical” (CR) a pesar de estar nominalmente apoyando al presidente Santos da muestras de sordas  resistencias al proceso de paz.

[4] Según lo documentó recientemente el portal Verdad Abierta.”Ver https://www.semana.com/nacion/articulo/cambio-radical-quien-manda-en-el-partido/428483-3 (CR), Es así mismo el partido que más gobernadores seriamente acusados de diversos crímenes eligió.

[5]Lo que coincide poco más con el porcentaje de ciudadanos que ahora apoyan el proceso de paz; ver https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/apoyo-al-proceso-de-paz-encuesta-de-centro-nacional-de-consultoria/16398021

[6][6] Unos US180.000

[7]En mi caso  trasladé mi lugar de residencia a Medellín hace ya 2 años y no pude votar allí a causa de tal ineptitud estatal para cruzar bases de datos elementales, verificarlos y permitirme ejercer el derecho al voto cerca a mi casa y en la ciudad donde vivo y trabajo. Más de 150.000 ciudadanos vivieron hechos parecidos o peores.

[8] Formularios E-14.

[9] La UP fue víctima del mayor genocidio político en la historia de América; en la década del 80: 4500 de sus miembros entre ellos un candidato presidencial fueron asesinados por el ejército aliado a la mafia.

[10]https://lasillavacia.com/historia/la-foto-post-electoral-de-la-paz-52272

[11] Luminoso por decir lo menos es el caso del alcalde electo de esta ciudad. Ver al respecto https://lasillavacia.com/historia/rodolfo-hernandez-es-un-rico-que-dejo-de-pensar-solo-en-el-su-hermano-el-ideologo-de-la

[12] Ver en https://www.las2orillas.co/la-retirada-del-gobierno-de-bogota-es-la-avanzada-con-colombia-gustavo-petro/#.Vjqy2F0vZ0o.facebook El visionario documento de reflexión y plataforma política  de Gustavo Petro, una de las cartas del abanico de precandidatos presidenciales para el 2018 y quien fuera invitado por el Papa Francisco al congreso acerca de Medio Ambiente y ciudad.

[13] “Nos estamos reagrupando como fuerza política”, dice uno de los líderes de la Marcha Patriótica, Partido de origen campesino y cercano ideológicamente a las FARC, refiriéndose a los resultados electorales y a sus exigencias de cara al futuro y a la aplicación adecuada de los acuerdos de paz.

[14]Luciano Sanín, analista de la Escuela Nacional Sindical, cree que el principal problema es que “la izquierda está atrapada en sus estructuras políticas, cuidando sus curules y se le olvidó que lo suyo era un proyecto de transformación”. En otras palabras, que no está sintonizada con la premisa de que “un mundo mejor es posible”.

[15] Ver  https://www.semana.com/nacion/articulo/resultados-elecciones-2015-la-derrota-de-la-izquierda/448218-3

[16] Sobre la labor y significación de Fajardo ver mi artículo en Carta Obsur, n. 16, setiembre 2012.

[17] Fajardo fue candidato a la vicepresidencia por la hoy Alianza Verde, pero la critica con fuerza.