Refugiados y Migrantes frente a la desinformación

Una agenda política tóxica que deshumaniza a grupos enteros parece extenderse como una mancha de aceite a nivel global[i]. En países como Hungría, Polonia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda o Austria, una retórica de rechazo al extranjero propone solucionar muchos problemas con la expulsión del que “no es de los nuestros”. La amenaza es el otro y la solución, dejarlo fuera. Si bien es un recurso tan viejo como el mundo (el extranjero como chivo expiatorio), resulta preocupante alno haber transcurrido un siglo desde que las democráticas voces de la superioridad racial nos llevaran donde todos sabemos. Aunque la ardua construcción de la UE permitió a Europa vacunarse frente a esta clase de odios, viejos discursos y falsas soluciones gozan de nuevo de buena salud[ii].

Por encima de otros, un nuevo vector parece definir la esfera política distinguiendo entre los que están abiertos al de fuera y los que están cerrados. Según el discurso de cierre de fronteras, el mundo se ha convertido en un lugar amenazador y las naciones sabias deben levantar muros para protegerse de él (“nuestro credo será americanismo, no globalismo”, dice el presidente de los Estados Unidos[iii]).Cada vez se habla menos de “derecha e izquierda” y más de “dentro y fuera”. Tras la caída de la Unión Soviética y el despegue de la Globalización en los noventa, el péndulo de la historia parece traer el retorno del nacionalismo. En esta ocasión, un neonacionalismo personalista, sin una base ideológica profunda, pero capaz de servirse de la sociedad de la información para manipular el descontento, arrogarse el papel de defensor del pueblo oprimido por la maligna Globalización y obtener réditos políticos en una huida hacia delante.

Tuve el privilegio de compartir vida con personas refugiadas y desplazados de guerra en el África subsahariana (en Burundi, Rwanda, República Democrática de Congo, Liberia y Chad). Según el extremismo occidental (existe un extremismo occidental y un extremismo islámico)estos son pueblos bárbaros, aquellos a los que debemos cerrar el paso a toda costa. Son “los otros”, que amenazan con inundar nuestra sociedad hasta anegarla y hacerla desaparecer. Este discurso, que impide que el otro nos toque, que nos deshumaniza (a nosotros y al otro), que nos limita (con límites geográficos y mentales) y que genera violencia, no sólo nos empobrece moralmente, sino también económicamente. Nos impide aprovechar la oportunidad de convertirnos en sociedades mejores al no dar cabida a quien tiene tanto que ofrecer.

Por eso en las siguientes líneas quiero acercarme a la actualidad de la situación de refugiados y migrantes en Europa y en Estados Unidos, deteniéndome en algunos mecanismos que se están utilizando para manipular su imagen. También siento la necesidad de reflexionar sobre nuestra ensordecedora indiferencia frente a la catástrofe humanitaria a la que estamos asistiendo en tiempo real.

 

Algunos datos

En la actualidad existen en el mundo 32 conflictos que generan desplazamientos forzosos de hombres, mujeres y niños que se ven obligados a abandonar sus hogares por motivos de seguridad. Estos incidentes han causado que 65 millones de personas abandonen sus hogares y 21 millones de entre éstas crucen las fronteras internacionales en busca de seguridad (sólo estos últimos son refugiados)[iv]. El estatuto legal de estas personas está reconocido por el Derecho Internacional (a través de la Convención de Ginebra sobre Refugiados de 1951 y el protocolo de 1967). Su protección corre a cargo de los países firmantes de esta Convención y de la institución encargada de velar por el respeto a sus derechos, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

A diferencia de los migrantes, refugiados y desplazados no dejan su hogar por un interés o un beneficio, sino por motivos de seguridad. Cerca del 90% de estos 21 millones de personas se encuentran en países limítrofes, principalmente pobres, como Irán, Etiopía, Kenia o Pakistán. La mayoría se queda en lugares cercanos a su hogar, con la esperanza de poder regresar algún día. Este era el caso de los desplazados congoleños que conocí en Goma (RDC), los refugiados congoleños en Burundi, los Banyamulenge en Rwanda, los sudaneses en Chad, los liberianos en Guinea…Algunos países, como Tanzania, han acogido a cientos de miles de refugiados durante décadas (como en el caso de los refugiados burundeses que huyeron del genocidio de Burundi de 1972). La mayoría de los refugiados no quieren irse lejos: cuando el ACNUR encuestó a refugiados sirios acerca de la posibilidad de resituarlos en Canadá, más del 70 por ciento afirmó que preferirían estar más cerca de casa[v]. Por eso, entre otras razones, menos del 10% se encuentran en países ricos[vi].

Dicho esto, es preciso señalar que, en términos globales, no vivimos en una era de inmigración sin precedentes. El número de migrantes con respecto al total mundial permanece constante desde 1960. Si bien el número de inmigrantes internacionales ha aumentado de 93 millones en 1960 a 244 millones en 2015, la población mundial ha aumentado aproximadamente al mismo ritmo, de 3.000 a 7.300 millones de personas[vii].

 

El viejo discurso xenófobo en Estados Unidos

Es bueno echar la vista atrás para recordar que el actual discurso populista que estigmatiza al extranjero (musulmán o mexicano, poco importa) como causa de los males de una nación no es nuevo en Estados Unidos. Con motivo de las políticas racistas del gobierno de Trump, varios medios de comunicación norteamericanos han recordado[viii] como, entre 1929 y 1936, cientos de miles de ciudadanos mexicanos o de origen mexicano fueron repatriados tras la Gran Depresión[ix].Estas deportaciones masivas se llevaron a cabo conforme a un perfil racial. Un sesenta por ciento de los expulsados eran ciudadanos estadounidenses, hijos de los inmigrantes que nacieron en Estados Unidos y que tuvieron que reaprender a insertarse en una sociedad, la mexicana, que no era la suya.

Frente a este discurso existe en los Estados Unidos una tradición muy distinta. La de una nación inclusiva, que acoge con los brazos abiertos a toda aquella persona que llega en busca de una vida mejor, que jura lealtad a la Constitución y responde a esta acogida convirtiéndose en muchos casos en el más sacrificado defensor de la nación. Al estar hecha de inmigrantes de múltiples procedencias (consolidados en el difuso concepto de melting pot), muchos norteamericanos son conscientes de que perseguir a las minorías que han visto nacer a su países contrario a su propia naturaleza como pueblo. Un botón de muestra de la longevidad de este discurso es un documental de propaganda de 1947 producido por el War Department, que alerta contra los peligros del populismo, y que puede encontrarse en internet[x]. En él, un exaltado vocifera ante el público congregado en un pequeño pueblo culpando a los extranjeros de todos los males. Entre los presentes, un emigrante húngaro alerta al americano medio de que la Alemania de los años 30 era “un país de bobos” que permitió que “locos y fanáticos estúpidos” hicieran uso de los prejuicios para “lisiar a la nación”. “Debemos preservar las libertades de todos, o podemos perder las nuestras”, afirma el inmigrante. “No pensemos en “nosotros” y “ellos”. Pensemos en “Nosotros”(let’s not think about ‘we’ and ‘they’. Let’s think about ‘us’!”).“América está hecha de minorías -recuerda- y eso significa usted y yo”.

Si la postura de la opinión pública (representada en este caso por la multitud congregada en esa plaza del pueblo) sólo dependiera de la veracidad de las afirmaciones que se le proponen, el problema no sería de tanto calado. La cuestión se complica si, como parece, no sólo son los hechos los que determinan nuestro punto de vista, sino también las emociones.

Hace unas semanas, el semanario The New Yorker publicaba un artículo inquietante sobre la fuerza de la emoción en la consolidación de nuestras opiniones. Por su interés, quiero describir un ejercicio que el autor relata en este artículo (la traducción es mía):

En 1975, un grupo de investigadores de Stanford invitó a un grupo de estudiantes a participar en un estudio sobre suicidio. Se les presentaron notas de suicidio agrupadas en pares. Se les dijo que, en cada par, una nota había sido compuesta por una persona cualquiera y la otra por una persona que posteriormente sí se había suicidado. A los estudiantes se les pidió distinguir entre las notas auténticas y las falsas.

Algunos estudiantes acertaron muchas veces: veinticuatro de veinticinco veces, les dijeron a algunos; mientras a otros les dijeron que solo acertaron cuatro o cinco de veinticinco.

Todo era un montaje. Aunque la mitad de las notas de suicidio eran auténticas -se habían obtenido de la oficina del forense del condado de Los Ángeles- las puntuaciones que adjudicaron a los estudiantes en el ejercicio eran falsas. En realidad, los estudiantes a los que se les había dicho que casi siempre tenían razón no habían acertado más que aquellos a los que se les dijo que se habían equivocado mucho.

En la segunda fase del estudio se reveló a los estudiantes que las puntuaciones que habían obtenido eran falsas. Se les dijo que el verdadero objetivo del experimento era medir cómo reaccionaban cuando se les decía que habían acertado muchas o pocas veces. Y, finalmente, se les pidió de nuevo que estimaran cuántas notas de suicidio habían categorizado correctamente, y cuál pensaban que era la media de respuestas correctas en el ejercicio.

Llegados a este punto sucedió algo curioso. Los estudiantes que recibieron notas altas (recordemos, falsas) dijeron que pensaban que, de hecho, lo habían hecho bastante bien, significativamente mejor que el estudiante promedio (aunque, como se les había dicho, no tenían motivos para creer esto). Y (salvo pocas excepciones) aquellos que recibieron notas bajas falsas dijeron que pensaban que lo habían hecho mucho peor que el estudiante promedio, aunque también era una conclusión igualmente infundada.

“Una vez formadas”, observaron secamente los investigadores, “las impresiones son notablemente perseverantes”[xi].

Tal y como sugiere el creador del término pos verdad[xii], David Roberts, hace tiempo que se sospecha que los votantes no se inspiran por los principios de la Ilustración[xiii]; el estudio de los procesos de formación de los “confirmation bias”[xiv] ha mostrado en repetidas ocasiones que muchas personas muestran una tendencia a aceptar aquellos argumentos que refuerzan sus ideas y a descartar aquellos que cuestionan lo que creen. Como señala Soledad Gallego-Díaz:

no reúnen datos, sacan conclusiones y eligen después al partido que más se acerca a esas conclusiones, sino que proceden de manera totalmente distinta. Primero eligen tribu, después adoptan los principios de esa tribu y finalmente eligen aquellos datos que apoyan esas posiciones, despreciando todos los demás[xv] ([xvi]).

Si en tiempos de pos verdad, pues, la verdad sería menos relevante, el hecho diferencial entre tiempos pasados y los actuales sería la tecnología. Como afirma Florini, internet hace posibles enormes cámaras de resonancia[xvii] capaces de amplificar mensajes hasta romper o desplazar el límite de lo discutible en la esfera pública, algo conocido como ventana Overton (el límite de lo que los políticos creen que pueden apoyar para ganar unas elecciones). La articulación del apoyo a Trump en las redes sociales habría logrado que ese límite se desplazara o, peor todavía, se rompiera.

Dicho esto, el desarrollo tecnológico podría afectar a la conformación de la opinión pública de una manera mucho más inquietante.[xviii]La prensa afirmó, en los últimos meses, que empresas especializadas en el minado de información (como Cambridge Analytica[xix]) estarían haciendo uso delos perfiles sociales de los votantes para propagar narrativas, influenciar nuestros puntos de vista y manipular de este modo la realidad. Como dijo uno de los mayores expertos en esta área, existe una fina línea entre convencer a la gente y manipularla[xx].

 

Mecanismos de desinformación

En la publicación de su último informe anual, Amnistía Internacional alerta de una agenda deshumanizadora que adquiere relieve global “a una escala nunca vista desde la década de los 30”[xxi]. Ante este horizonte, es necesario detenerse en los procesos que hacen que un dato falso se imponga a uno verdadero.

Pongamos dos ejemplos de afirmaciones falsas. Trump afirma que el “terrorismo radical islámico”[xxii] es una gran amenaza para los ciudadanos de Estados Unidos[xxiii]. También afirma que los inmigrantes son violadores y criminales[xxiv].

Los datos nos dicen que:

-los estadounidenses tienen 1.333 veces más posibilidades de ser asesinados a tiros por un delincuente[xxv] que a manos de un terrorista.

– la posibilidad de ser asesinado por un terrorista refugiado en Estados Unidos es de una entre 3,64 mil millones[xxvi].

-entre 1990 y 2014, se perpetraron en los Estados Unidos 178 asesinatos a cargo de personas de extrema derecha frente a 39 asesinatos por extremistas islamistas[xxvii].

-los inmigrantes cometen menos crímenes que las personas nacidas en los Estados Unidos[xxviii].

Robert Reich identifica las diez fases que a su entender sigue una afirmación falsa del presidente de los Estados Unidos para imponerse en el discurso público. Siguiendo a Reich[xxix], el proceso de desinformación recorre estos pasos:

Paso 1: Trump miente.

Paso 2: Los expertos lo contradicen, diciendo que su afirmación es infundada y falsa. Los medios informan que su afirmación es falsa.

Paso 3: Trump estalla contra los expertos y condena a los medios por ser “deshonestos”.

Paso 4: Trump repite la mentira en tweets y discursos. Y afirma que “muchas personas” dicen que tiene razón.

Paso 5: Los medios principales comienzan a describir la mentira como un “hecho discutido”.

Paso 6: Trump repite la mentira en tweets, entrevistas y discursos. Sus sustitutos lo repiten en la televisión y en la blogósfera de derechas.

Paso 7: Los principales medios de comunicación comienzan a describir la mentira de Trump como una afirmación “controvertida”.

Paso 8: Las encuestas muestran que un creciente número de estadounidenses (incluyendo a la mayoría de los republicanos) creen que la mentira de Trump es verdadera.

Paso 9: Los medios de comunicación comienzan a describir la mentira de Trump como “una afirmación que refleja una división partidista en América”, y que “muchas personas consideran verdadera”.

Paso 10: El público está confundido y desorientado sobre la veracidad de la afirmación. Trump gana.

Tal y como twiteaba recientemente Edgar Morin, “todo se olvida, pero la calumnia más difícil que el resto”. No es fácil limpiar el rastro de una calumnia. A modo de ejemplo, la supuesta historia de un musulmán que agredió a un médico en un centro de salud español ha sobrepasado los tres millones de visitas en Facebook. Sin embargo, no se trata de un musulmán sino de un hombre ebrio que golpea a personal médico en Rusia[xxx]. Pero como dice el adagio, “calumnia, que algo queda”. Las consecuencias de la amplificación de falsos discursos incendiarios de este tipo están a la vista en Estados Unidos con los ataques perpetrados en mezquitas de este país[xxxi].

Tras ganar una campaña electoral con muchos argumentos falaces, la nueva administración empezó a tomar decisiones políticas basadas en prejuicios. Una de las primeras ha sido bloquear el ingreso a los Estados Unidos a ciudadanos procedentes de seis países de mayoría musulmana (siete en un principio, en la versión revisada de la ley se eliminó a Irak de la lista) y suspender el programa de admisión de refugiados[xxxii]. La última hora al respecto han sido las órdenes del Secretario de Estado a las embajadas de Estados Unidos para que desarrollen “una lista de criterios para identificar a aquellos solicitantes de visa que deban ser objeto de un profundo escrutinio”. Son medidas cuya vaguedad da vía libre a que el personal de las embajadas pueda revisar los perfiles de los solicitantes en las redes sociales[xxxiii] y discriminarlos por motivos étnicos o religiosos, como ya ha denunciado Amnistía Internacional[xxxiv].

Por lo que respecta al principio de “compra americano, contrata americano”, está demostrado que los estadounidenses no quieren realizar determinados trabajos[xxxv]. El sinsentido que entraña un eslogan de este tipo ha quedado patente con la petición de contratación de 29 inmigrantes por parte de la empresa de viñedos del hijo de Trump[xxxvi]. A pesar de ello, se estima que hasta ocho millones[xxxvii]de inmigrantes están en el punto de mira para su expulsión [xxxviii]. Leyes como la DACA de 2012, que autorizaba a menores sin papeles un estatus legal para vivir, estudiar, trabajar e incluso enrolarse en el ejército sin miedo a ser deportados, están siendo revisadas por la nueva administración[xxxix]. Casos como el de Daniel Ramírez[xl] van a probar hasta donde es capaz de llegar la nueva administración en la expulsión de jóvenes inmigrantes[xli].

 

Mientras tanto, en Europa

Al igual que en el caso norteamericano, la utilización de argumentaciones falsas para alimentar la caldera del populismo xenófobo ha sido significativa en Europa. Así, la campaña en favor del Brexit definió la salida de la Unión Europea como el único camino para preservar el empleo de la población local frente a los extranjeros (polacos en particular), además de desatar episodios de violencia racista[xlii]. De nuevo, no parece tenerse en cuenta que hay trabajos que los ingleses no quieren hacer[xliii].Tampoco importa que la propia campaña del Brexit estuviera apoyada en falsedades de trazo grueso, hasta el punto de que tuvieron que ser desmentidas por los propios ganadores inmediatamente después de su victoria[xliv].

Como se recordará, la llegada de refugiados a Europa a gran escala dio inicio en abril de 2015[xlv] con el desplazamiento espontáneo de centenares de miles de refugiados procedentes de países en conflicto (Siria, Afganistán, Yemen en menor medida) a los países ricos, entre otras razones porque los países limítrofes habían rebasado su capacidad de acogida[xlvi]. Si bien en un primer momento Alemania abrió las puertas, la negativa del resto de países y la presión de la opinión pública alemana obligó a Angela Merkel a cambiar de política y buscar alternativas.

Uno de los argumentos insostenibles que se utilizó para cerrar el paso a los refugiados es que Europa carece de capacidad de acogida. El número de personas refugiadas en Europa desde 1950 solo ha llegado de manera puntual y excepcional al 0,5 por ciento del total de la población, y en la actualidad es del 0,4[xlvii]. Un continente con más de 500 millones de habitantes y el segundo PIB más grande del mundo, solo por detrás de los Estados Unidos, no debería tener problemas para acoger a varios cientos de miles refugiados económicos[xlviii].Sin embargo, la utilización del discurso del miedo ha logrado transmutar a mujeres y niños (la mayoría de los refugiados lo son) en hordas terroristas a ojos de una parte de la opinión pública. Como consecuencia de ello, y al igual que en los EE.UU, en algunos países de Europa ha aumentado la violencia contra los inmigrantes[xlix]

En palabras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ZeidRa’ad al-Hussein:

“Muchos ciudadanos de a pie en Europa han acogido y apoyado a los migrantes, pero los líderes políticos demuestran cada vez más una escalofriante indiferencia frente a su destino (…).Estoy particularmente perturbado por las escandalosas narrativas públicas que parecen deliberadamente dirigidas a despertar el miedo y el pánico de la opinión pública, al describir a estas personas vulnerables como hordas criminales invasoras”[l].

 

El Papa Francisco alza la voz

Las medidas que la UE está implementando sobre el terreno dejan claro que no está dispuesta a permitir que los refugiados crucen sus fronteras. Con la adopción de una línea más dura aún fresca, los líderes de todos los países de la UE fueron recibidos en el Vaticano por el Papa Francisco el 24 de marzo con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma, origen de la Unión Europea.

En un duro discurso, Francisco puso el dedo en la llaga y denunció la degradación progresiva de la UE en materia de respeto al derecho de asilo. Invocó a Adenauer y a otros políticos de la época para preguntarse hasta qué punto se han respetado los compromisos éticos que acompañaron a la UE desde su nacimiento: “Los Padres fundadores nos recuerdan que Europa no es un conjunto de normas que cumplir, o un manual de protocolos y procedimientos que seguir. Es una vida, una manera de concebir al hombre a partir de su dignidad trascendente e inalienable”[li],

Si en un primer momento, con la primera oleada de refugiados procedentes de Siria en 2015, la cuestión era como darles cabida, Francisco expuso con claridad el estado de cosas en la UE a día de hoy: “Ahora se discute sobre cómo dejar fuera los peligros de nuestro tiempo: comenzando por la larga columna de mujeres, hombres y niños que huyen de la guerra y la pobreza, que sólo piden tener la posibilidad de un futuro para ellos y sus seres queridos”.

 

El acuerdo UE-Turquía

La medida que mejor ejemplifica ese “cómo dejar fuera” al que hace alusión Francisco es el acuerdo entre la UE-Turquía de 2016, una especie de subcontrato para que el Estado turco se convierta en “estado tapón” a cambio de beneficios políticos[lii] y económicos. Un año después de la firma del acuerdo, decenas de miles de personas permanecen atrapadas en campos de refugiados en condiciones indignas[liii]. Cerca de 60.000 están abandonadas a su suerte en Grecia a la espera de una solución (dado que Europa incumple las cuotas de reubicación prometidas[liv]) y los llamados “puntos de solicitud de tramitaciones” se han convertido de facto en campos de detención, desde donde se practican deportaciones.

Bruselas ya ha reconocido que el reparto de refugiados por cuotas, previsto en un primer momento, es un fracaso. A las 13.546 personas repartidas desde 2015 se suman en torno a 20000 en Grecia y 6000 en Italia que cumplen los requisitos para acogerse al plan de reparto, lo que constituye menos del 25% del total inicial previsto. Al no haber voluntad política para activar el procedimiento de infraccion, que penalizaría a los estados por incumplir las cuotas fijadas, la situacion humanitaria se agrava.

Sin embargo, los datos que determinan las políticas que toma la UE son otros. Según FRONTEX (la Agencia Europea de Control de Fronteras) unas 380.000 personas llegaron a Europa en 2016 frente a más de un millón el año anterior, y esta reducción en las llegadas es lo que cuenta. El análisis es tan necio como considerar que un torniquete es una solución a largo plazo para una hemorragia. Al cerrárseles el paso, los refugiados y migrantes han buscado rutas alternativas más peligrosas y el número de muertes en el mar Mediterráneo ha aumentado (de 3.771 en 2015 a en torno a 5.000 en 2016). Los datos sobre el terreno revelan que este cierre de fronteras está dando pingües oportunidades de negocio a los contrabandistas, a los que oficialmente la UE afirma combatir[lv]. Las llegadas a Italia desde Libia, un estado fallido desde la intervención occidental para derrocar a Muamar el Gadafi en 2011[lvi],  aumentaron en un 17% durante 2016.Sólo el año pasado, 181.000 migrantes cruzaron el mar desde Libia con destino a Italia, el máximo nunca visto.

Frente a esta crisis humanitaria, muchas organizaciones no gubernamentales, algunas de prestigio irreprochable como Médicos Sin Fronteras, están salvando vidas en el Mediterráneo casi a diario. Lamentablemente, no sólo están haciendo el trabajo que FRONTEX no está dispuesta a hacer, sino que se les acusa[lvii] de que sus operaciones estén empujando a los inmigrantes a jugarse la vida[lviii].

 

No sentimos que somos ellos

Querría realizar también alguna reflexión con respecto a nuestra incapacidad para responder con voluntad política ante al sufrimiento de mujeres y niños inocentes.

Hace quince años, la página web del Servicio Jesuita a Refugiados recogía en su portada esta frase de la Congregación General 34 de la Compañía de Jesús: “The Jesuit Refugee Service accompanies many of these brothers and sisters of ours, serving them as companions, advocating their cause in an uncaring world (El Servicio Jesuita a Refugiados acompaña a muchos de estos hermanos y hermanas nuestros como compañeros, defendiendo su causa en un mundo que los ignora)”.

“Uncaringworld” es una expresión rotunda. Habla de un mundo que no cuida, que “se desentiende de”, ajeno al cuidado del débil y del necesitado. En ese momento, aún se podía argüir que esa ausencia de cuidado se debía a que los refugiados a los que atendían organizaciones como el JRS eran personas de razas distintas a la nuestra, que vivían en lugares remotos, lejanos a nuestra realidad, en un mundo que aún no estaba hiperconectado, y que ese era el origen de nuestra indiferencia. Los cooperantes aún podían hablar del deber de protección esgrimiendo la Convención de los Refugiados de 1951 y el protocolo de 1967, aduciendo que, si esos mismos refugiados llegaban a las costas de Europa, el derecho internacional velaría por el respeto a su dignidad como personas. Una llegada de refugiados a Europa a gran escala aún estaba lejos de lo concebible, y por ello la respuesta (incluso ante refugiados de confesión musulmana) había sido muy distinta[lix].

Sin embargo, la respuesta europea frente a la llegada de refugiados de guerra nos ha dado la medida real de nuestra talla moral.

El refugiado, en palabras de Bertolt Brecht, es “ein Bote des Unglücks”[lx] , un heraldo de malas noticias. Acarrea la mala noticia del horror del que huye, pero no es la mala noticia en sí misma. Nuestro enemigo no es el refugiado, sino el que le ha convertido en refugiado[lxi]. Si, tal y como nos recuerda Tzvetan Todorov, “por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado de barbarie o de civilización”[lxii], estamos demostrando nuestra barbarie. Hemos olvidado qué es ser civilizado:

“Ser civilizado no significa que se tengan estudios superiores, sino que se sabe reconocer la plena humanidad de los otros, aunque sean diferentes”[lxiii](…) Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia (…)[lxiv].

En palabras de Fanjul: “La clave es que no sentimos que somos ellos (…). Solo no siendo Ellos se explica que no nos rebelemos cada día contra esta forma adaptada de apartheid (…) donde seres humanos y fantasmas conviven separados por una línea invisible que nos permite ser compasivos, crueles o simplemente ajenos, pero nunca ser lo mismo”.

No hemos entendido que yo, en cualquier momento, puedo ser ese forastero que llama a mi puerta.”El extranjero no solo es el otro, nosotros mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al albur de un destino incierto: cada uno de nosotros es un extranjero en potencia”[lxv].

 

A modo de conclusión

Se aproximan las elecciones presidenciales francesas, y en ellas la imagen del extranjero será de nuevo un campo de batalla. El refugiado y el inmigrante serán usados de nuevo como chivo expiatorio de los complejos problemas de una sociedad en crisis. Sin embargo, en estos tiempos de pos verdad, los datos para hablar de refugiados y migrantes no serán suficientes. No bastará con demostrar empíricamente que expulsar a los inmigrantes irregulares es difícil y caro[lxvi], por ejemplo, siempre y cuando exista un “dato alternativo” falso con el que se pueda martillear a la opinión pública con una virulencia mayor. Será preciso desmontar las grandes mentiras (nos roban el trabajo, nuestro país no es para ellos, no los necesitamos, son violadores y criminales, se llevan todas las ayudas sociales) pero no bastará con desmontarlas[lxvii]. En un océano de fake news (noticias falsas), la verdad está condenada a perecer negada si nuestro caudal informativo está mal orientado o es menor.

Tal y como señalaba el director del New York Times, no necesitamos medios que aspiren a decirle la gente lo que debe pensar, pero si deben aspirar a decirle a la gente quién miente[lxviii].

Bajo los prejuicios que nuestra mirada adhieren a la piel del extranjero, muchas veces se esconde un ciudadano capaz de sumarse con toda su energía a un proyecto de país. Una persona cuyo concurso puede suponer toda una oportunidad para la economía local[lxix], tal y como los refugiados sirios están demostrando en Jordania[lxx]. Pero si no nos atrevemos a acercarnos al otro y rasgar el muchas veces fino velo que deforma nuestra mirada, esa oportunidad se desvanece.

En palabras de Zigmunt Bauman:

We do not visit those mountains, neither in body nor in thought, as we do not stroll through rough districts, mean streets, urban ghettoes, asylum-seekers´ camps and other no-go areas. We carefully avoid them (or are directed away from them) in our compulsive tourist escapades. We dispose of leftovers in the most radical and effective way: we make them invisible by not looking and unthinkable by not thinking. They worry us only when the routine elementary defences are broken and the precautions fail – when the comfortable, soporific insularity of our Lebenswelt which they are supposed to protect are in danger[lxxi]  (No visitamos esas montañas, ni físicamente ni en pensamiento, ya que no paseamos por zonas ásperas, calles peligrosas, guetos urbanos, campamentos de refugiados y otras áreas riesgosas. Los evitamos cuidadosamente (o nos alejamos de ellos) en nuestras escapadas turísticas espontáneas. Convivimos con gente descartada de la manera más radical y directa y las volvemos invisibles por no mirar e impensables por no pensar. Sólo nos preocupan cuando se rompen las defensas elementales de rutina y las precauciones fallan, cuando el aislamiento cómodo y soporífico de nuestro Lebenswelt (mundo, entorno vital), que se supone que ellas protegen, está en peligro).

No se trata sólo del refugiado, sino de todo aquel que estimo que no es como yo, y al que por ello decido evitar. Todo aquel frente al cual levanto barreras para protegerme, que vive en lugares que no deben visitarse, en zonas residuales, donde vive el que sobra. Cuando hablamos de ese otro sepultado por nuestros prejuicios hablamos del refugiado en Europa, del migrante en Estados Unidos, o del habitante de un asentamiento en nuestra ciudad. Es el mismo otro frente a los mismos mecanismos de exclusión.

Frente a ello, nos queda el largo camino de descubrir la solidaridad: el sentimiento de inter dependencia y pertenencia común a una sola familia humana, más allá de nuestras diferencias. Nelson Mandela nos hablaba de la idea de Ubuntu[lxxii] en la aldea en que creció de pequeño. Mandela recordaba que en la aldea se recibía a todo aquel que iba de paso, sin hacerle preguntas. Sin preguntarle quién era ni adónde iba, se le ofrecía comida y se le hospedaba.

Es, sencillamente, lo que hace la gente decente.

Referencias

[1]Nicolás Dorronsoro trabajó como cooperante humanitario en el África Subsahariana de 2002 a 2014. Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, MA en Relaciones Internacionales (Instituto Universitario Ortega y Gasset) y MSc en Sociología Política (LSE). Es docente en la Universidad Católica del Uruguay.

[i]https://www.theguardian.com/world/2017/feb/22/toxic-political-agenda-dehumanising-entire-groups-amnesty-warns

[ii]Esta dinámica no es sólo occidental, sólo en Sudáfrica se repatrió a 30.000 personas el año pasado. https://www.sabc.co.za/news/a/cacb5800404c6f3fbbaafb6b78d177f4/Govt-against-businesses-employing-undocumented-foreign-nationals-20170503

[iii]https://www.economist.com/news/leaders/21702750-farewell-left-versus-right-contest-matters-now-open-against-closed-new

[iv] Para clarificar las cosas: un refugiado es “una persona que ha abandonado el país de su nacionalidad y no puede regresar a ese país por un temor bien fundado a la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social determinado u opinión política” (ACNUR). Un desplazado es una persona que huye por los mismos motivos que el refugiado sin cruzar las fronteras de su país.  Un migrante “elige trasladarse no a causa de una amenaza directa de persecución o muerte, sino principalmente para mejorar sus vidas al encontrar trabajo o educación, por reunificación familiar, o por otras razones”https://www.acnur.org/noticias/noticia/refugiado-o-migrante-acnur-insta-a-usar-el-termino-correcto/

[v]https://inews.co.uk/explainers/iq/ten-point-plan-fix-world-refugee-system

[vi]Sin embargo, tal y como denuncian Collier y Betts, por cada 135 dólares gastados por los países ricos en los demandantes de asilo que llegan a Europa solo se gasta un dólar en refugiados en países pobres.

https://www.penguin.co.uk/articles/find-your-next-read/extracts/2017/mar/refuge-extract/

[vii]https://heindehaas.blogspot.com.uy/2017/03/myths-of-migration-much-of-what-we.html

[viii]https://www.theatlantic.com/politics/archive/2017/03/americas-brutal-forgotten-history-of-illegal-deportations/517971/?utm_source=twb

[ix] Las cifras oscilan entre 500.000 y 2.000.000 de personas deportadas en ese periodo. https://en.wikipedia.org/wiki/Mexican_Repatriation

[x]https://archive.org/details/DontBeaS1947

[xi]https://www.newyorker.com/magazine/2017/02/27/why-facts-dont-change-our-minds?mbid=social_twitter

[xii] La posverdad“denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal”.

[xiii]https://grist.org/article/2010-03-30-post-truth-politics/

[xiv]https://www.washingtonpost.com/opinions/why-facts-dont-matter-to-trumps-supporters/2016/08/04/924ece4a-5a78-11e6-831d-0324760ca856_story.html?utm_term=.71f5f928cbfd

[xv]En las últimas elecciones uruguayas, un candidato afirmaba esta tesis para explicar por qué los votantes no cambian de partido ocurra lo que ocurra, comparando el apoyo a un partido político con la adhesión irracional a un equipo de fútbol.

[xvi]https://elpais.com/elpais/2016/09/23/opinion/1474647422_293415.html

[xvii]https://www.theguardian.com/technology/2016/nov/29/fake-news-echo-chamber-ethics-infosphere-internet-digital

[xviii]https://www.theguardian.com/politics/2017/feb/26/robert-mercer-breitbart-war-on-media-steve-bannon-donald-trump-nigel-farage

[xix]https://www.theguardian.com/politics/2017/feb/26/robert-mercer-breitbart-war-on-media-steve-bannon-donald-trump-nigel-farage

[xx]https://en.wikipedia.org/wiki/Cambridge_Analytica#cite_note-32

[xxi]https://www.elespanol.com/mundo/20170221/195481067_0.html

[xxii]https://www.chicagotribune.com/news/nationworld/politics/ct-radical-islamic-terrorism-trump-20170228-story.html

[xxiii]https://www.foxnews.com/opinion/2017/03/26/mr-trump-please-give-major-address-defining-threat-radical-islamic-terrorism.html

[xxiv]https://www.theatlantic.com/news/archive/2016/06/immigrants-and-crime/486884/

[xxv]https://www.nytimes.com/2017/03/04/opinion/sunday/how-our-strategy-against-terrorism-gave-us-trump.html?_r=1

[xxvi]https://www.cato.org/publications/policy-analysis/terrorism-immigration-risk-analysis

[xxvii]El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos y recientemente el Departamento de Justicia financian una base de datos de crímenes extremistas (Extremist Crime Database) para recopilar datos sobre crímenes ideológicamente motivados cometidos por extremistas en los Estados Unidos. Entre 1990 y 2014, esta base de datos identificó 39 homicidios y 3.058 muertos en ataques de extremistas islamistas, en los que están incluidas las 2996 personas asesinadas el 11 de septiembre.En ese mismo periodo de tiempo, la base de datos también identificó 178 homicidios y 413 personas asesinadas en atentados cometidos por personas de extrema derecha.Aunque todavía se están verificando los datos de 2015 a 2017, hay cinco homicidios perpetrados por extremistas islamistas que resultaron en el asesinato de 74 personas y ocho homicidios cometidos por extremistas de extrema derecha en los que 27 personas perdieron la vida.

https://www.start.umd.edu/news/threats-violent-islamist-and-far-right-extremism-what-does-research-say

[xxviii]https://www.nytimes.com/2017/01/26/us/trump-illegal-immigrants-crime.html

[xxix]https://robertreich.org/post/157849401655

[xxx]https://elpais.com/elpais/2017/03/27/hechos/1490618106_370724.html

[xxxi]https://www.buzzfeed.com/albertsamaha/four-mosques-burn-as-2017-begins?utm_term=.oab959Z95#.viYvEvjvE)

[xxxii]No importa que la prohibición de viajar haya sido criticada abiertamente por 134 de los más prestigiosos expertos norteamericanos en Política Exterior en una carta abierta, en la que señalan que esta política daña la seguridad nacional de los Estados Unidos.

[xxxiii] “to develop a list of criteria identifying sets of post applicant populations warranting increased scrutiny.” https://www.reuters.com/article/us-usa-immigration-visas-exclusive-idUSKBN16U12X

[xxxiv]https://www.amnestyusa.org/pdfs/170323tillersonmuslimbanmemos_amnestyinternational.pdf

[xxxv] Citado en Fanjul, “El Sherif Trump contra los “sin papeles””. https://elpais.com/elpais/2017/02/21/3500_millones/1487703487_890370.html

https://heindehaas.blogspot.com.uy/2017/03/myths-of-migration-much-of-what-we.html

[xxxvi]https://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/22/universo_trump/1490219272_886647.html

Muchas personas que llegan a los Estados Unidos procedentes de Centroamérica no lo hacen por motivaciones puramente económicas. Según ACNUR En 2015, 110.000 personas huyeron de la violencia en El Salvador, Honduras y Guatemala. Valeria Méndez de Vigo, https://www.ibe.tv/es/canal/elportalvoz/3319/Refugiados-latinoamericanos-en-el-olvido.htm

[xxxvii]https://www.latimes.com/politics/la-na-pol-trump-deportations-20170204-story.html

[xxxviii]Ya bajo la administración Obama la expulsión de inmigrantes se desarrolló a buen ritmo en distintos Estados En 2015, más de 230.000 personas de origen centroamericano fueron arrestadas y expulsadas a sus países de origen desde los Estados Unidos y México. (ACNUR 2016); https://www.ibe.tv/es/canal/elportalvoz/3319/Refugiados-latinoamericanos-en-el-olvido.htm)

[xxxix]https://www.washingtonpost.com/posteverything/wp/2017/03/13/im-a-dreamer-immigration-agents-detained-me-anyway/?utm_term=.954fb9bee9cd

[xl]https://www.newyorker.com/news/news-desk/a-case-that-could-determine-the-future-for-dreamers?mbid=social_twitter

[xli]43.3 millones de personas que viven en los Estados Unidos son inmigrantes, un 13,5% del total https://www.migrationpolicy.org/article/frequently-requested-statistics-immigrants-and-immigration-united-states#Current%20and%20Historical%20Numbers%20and%20Shares

[xlii]https://www.telegraph.co.uk/news/2017/04/01/teenage-asylum-seeker-critically-hospital-brutal-gang-attack/

[xliii]A modo de ejemplo, solo 1 de cada 50 trabajadores de la cadena de cafeterías Pret a Manger son ingleses de nacimientohttps://www.theguardian.com/politics/2017/mar/08/pret-a-manger-one-in-50-job-applicants-british-brexit?CMP=Share_AndroidApp_A%C3%B1adir_a_Pocket

[xliv]https://www.independent.co.uk/news/uk/politics/brexit-nigel-farage-latest-vote-leave-nhs-promises-350m-mildly-irresponsible-a7304081.html

[xlv]https://www.penguin.co.uk/articles/find-your-next-read/extracts/2017/mar/refuge-extract/

[xlvi]El 34% de la población de Líbano es inmigrante https://www.datosmacro.com/demografia/migracion/inmigracion/libanohttps://reporting.unhcr.org/node/2520#_ga=1.101251144.87728350.1486488365

[xlvii]La UE atrae entorno a de 1,5 a 2,5 millones de inmigrantes por año, lo que constituye entre un 0,3 y un 0,5 del total de habitantes de la UE (y entre 1 y 1,5 millones abandonan la UE cada año) https://heindehaas.blogspot.com.uy/2017/03/myths-of-migration-much-of-what-we.html

[xlviii]https://internacional.elpais.com/internacional/2017/02/24/actualidad/1487953695_874205.html

[xlix]https://www.independent.co.uk/news/world/europe/refugee-crisis-austria-migrants-asylum-seekers-homes-attacks-firebombings-doubles-accomodation-a7661831.html

[l]https://www.independent.co.uk/news/world/europe/refugee-crisis-migrants-asylum-seekers-latest-un-zeid-hussein-human-rights-chilling-indifference-a7619301.html

[li] https://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/24/actualidad/1490378484_132471.html

[lii]La externalización conlleva también mirar para otro lado ante las purgas políticas que están teniendo lugar en Turquía, la “mayor cárcel de intelectuales del mundo” en palabras del presidente del comité del premio nobel de literatura,  Per Wästberg. https://cultura.elpais.com/cultura/2017/02/03/actualidad/1486138273_012659.html

[liii]https://www.alfayomega.es/99239/el-refugio-en-europa-mision-imposible

[liv]https://ec.europa.eu/home-affairs/sites/homeaffairs/files/what-we-do/policies/european-agenda-migration/press-material/docs/state_of_play_-_relocation_en.pdf

[lv]https://www.dw.com/en/refugees-forced-to-depend-on-human-smugglers-study/a-36266888

[lvi] Para más información sobre la desastrosa intervención en Libia: https://www.foreignaffairs.com/articles/libya/obamas-libya-debacle

[lvii]https://theconversation.com/ngos-under-attack-for-saving-too-many-lives-in-the-mediterranean-75086

74 muertes en las costas de Libia:https://www.reuters.com/article/us-europe-migrants-libya-idUSKBN16015F

[lviii]https://www.theguardian.com/world/2017/feb/27/ngo-rescues-off-libya-encourage-traffickers-eu-borders-chiefSe han filtrado directivas de FRONTEX parte de no salir al rescate de los refugiados, a pesar de su obligación de responder a las llamadas de emergencia https://linkis.com/theintercept.com/201/MfaAT

[lix]https://blogs.lse.ac.uk/europpblog/2017/02/20/integration-bosnian-refugees/

[lx]Bauman, Z (2003) Wasted Lives. Modernity and its outcasts, Polity, p. 67.

[lxi]https://twitter.com/tariqramadan/status/748581227603562496?lang=es

[lxii]Palabras de Tzvetan Todorov en la ceremonia de entrega del premio Príncipe de Asturias, 2008.

[lxiii]Idem.

[lxiv]Idem.

[lxv]Idem.

[lxvi]https://www.economist.com/news/international/21717839-rich-countries-are-trying-ever-harder-removing-unauthorised-immigrants-difficult-and

[lxvii]https://www.codigonuevo.com/las-5-mayores-mentiras-sobre-los-inmigrantes-que-han-querido-meter-en-tu-cabeza/

[lxviii]https://www.npr.org/2016/09/22/494919548/new-york-times-editor-we-owed-it-to-our-readers-to-call-trump-claims-lies

[lxix]https://www.theguardian.com/world/2017/mar/22/why-denying-refugees-the-right-to-work-is-a-catastrophic-error

[lxx]https://www.theguardian.com/world/2017/mar/22/why-denying-refugees-the-right-to-work-is-a-catastrophic-error

[lxxi]Bauman, Z (2003) Wasted Lives. Modernity and its outcasts, Polity, p.27.

[lxxii] (https://en.wikipedia.org/wiki/File:Experience_ubuntu.ogg).